Todo el mundo conoce a Bruce Lee. Actor, filósofo, y por supuesto, maestro en artes marciales. Gracias a su dominio del Kung Fu y su carisma consiguió la gran apertura de las artes marciales chinas a Occidente. Mucha gente, sobretodo la más joven, recuerdan haber visto a Bruce en un anuncio de BMW diciendo la archifamosa frase: "Be water my friend". Esta entrevista de la que se sacó el anuncio explica parte de la filosofía y de los principios del jeet kune do o "camino del puño interceptor", sistema creado por Bruce Lee.
Bruce Lee se convirtió muy pronto en leyenda y fue seguido por multitud de personas por todo el mundo. Pero la vida de Lee no fue para nada fácil. De pequeño y adolescente fue un pandillero más de Hong Kong y se dedicaba a pegarse con chicos de otras pandillas, pero más tarde se dio cuenta de que sin el grupo no era nada y empezó a practicar las artes marciales. Su primer maestro fue su padre en un intento de apartarle de la Triada china. A los 18 años se embarca rumbo a San Francisco, su ciudad de nacimiento, para reclamar su nacionalidad. Allí estudia filosofía en la universidad y empieza a dar clases de Kung Fu para ganar algo de dinero. A partir de aquí su vida mejora, se casa, funda una cadena de gimnasios y por último Hollywood se fija en él y le da a conocer al mundo. A partir de aquí puede dedicarse a perfeccionar su estilo marcial y a compartir su visión del mundo con los demás. Una manera de vivir, de pensar, de actuar, de acercar dos culturas distantes, que le han hecho asegurarse un lugar en la historia de la humanidad.
Tras su polémica muerte (aun no se sabe muy bien de que murió), las muestras de cariño y afecto se sucedieron por todo el mundo.
Os dejo con un vídeo homenaje a este personaje en una de sus películas más famosas, Operación Dragón:
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