martes, 17 de abril de 2012

John McClane


John McClane es un policía de Nueva York que quiere reencontrarse el día de nochebuena en Los Ángeles con su esposa para reconciliarse, ya que se está separando de él. Pero unos terroristas toman como rehenes a todos los que están en el edificio (el Nakatomi Plaza) donde trabaja la esposa de McClane. Este simple prefacio da lugar a una de las sagas de acción más populares del mundo del cine: Die Hard, Duro de matar (en Hispanoamérica), o La jungla de cristal (hay que ver que traductores de títulos tenemos en España).  
               
                                                 Yippie Ki-Yay Motherfucker!!!

El bueno de John es considerado por la revista Empire el número doce en la lista de los cien mejores personajes de película, pero qué sabrán ellos... John es el número uno en cuanto a acción se refiere (con el permiso de Martin Riggs y Roger Murtaugh). Y es que McClane es un irlandés al borde del alcoholismo que se convierte en un grano en el culo de los terroristas, en el cabo suelto que jamás querrías tener en tu plan, en un tipo que encima de ir más magullado a medida que recibe tollinas se puede parar a vacilarte por walkie-talkie, destruir un avión, andar descalzo media película, cargarse media docena de terroristas en una sola escena, explotar un helicoptero con un coche porque no tenía balas, cruzar Nueva York en hora punta en veinte minutos y todo ello ... de resaca!!!


                                               Hans Gruber, un villano de lujo.

En las diferentes entregas de esta saga épica aparecen diversos personajes que acompañaran o harán la vida imposible a McClane. Hans Gruber, Simon, Zeus, Holly,  Matt Farrell, Al Powell, Argyle, El Brujo...todos ellos entrañables e inolvidables.
                                
                                  Y no nos olvidemos de Lucy, la hija de McClane...

Desde la primera entrega en los años 80 hasta la actualidad donde se prepara la quinta entrega, John se ha convertido en un icono de tipo duro de la calle. Su humanidad, su personalidad autodestructiva y su amor por su trabajo y su familia, junto a su sentido del humor hacen de él el típico heroe norteamericano.

                                     Jodido momento épico con Samuel L. Jackson...

Por último un homenaje musical de este héroe cotidiano:



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